31 de octubre de 2011

Por eso.

¿Que por qué estoy donde no me gusta estar? Por ti. ¿Que por qué estoy donde me gusta estar? Por ti.  ¿Que por qué sonrío todos los días cuando tengo suficientes razones para llorar? Por ti. ¿Que por qué lloro todos los días cuando tengo suficientes razones para sonreír? Por ti. ¿Que por qué soy débil? Por ti. ¿Que por qué soy fuerte?
Por ti. ¿Que por qué te odio? Porque te quiero. ¿Que por qué te quiero? Porque te odio.

Podría darte tantos porqués, y todos llegarían a la misma conclusión...

Que ya no sé ni lo que creer.

No sé si pensar que me queda una minúscula esperanza de que algo sea nuevo al fin, y que la esté aprovechando al máximo, puedo pensar que las cosas pueden haber cambiado durante este último año y por lo tanto cambien contigo, y tampoco sé si pensar que en realidad nada va a cambiar y en el fondo lo sé, ya que nunca, nunca ha funcionado, sin excepciones. No sé si pensar que tú puedes ser la excepción, y que si hago las cosas de distinta manera pueden dar un resultado distinto, si hay una remota posibilidad de que tú y yo se conviertan en nosotros. No sé si pensar que todo eso son ilusiones, fantasías que se forman en mi cabeza como tantas otras, y que jamás lleguen a ser una realidad.

¿Corazón o razón?

Estoy escalando por una cuerda, hasta que finalmente se rompa y yo caiga al vacío, sin nada que amortigüe mi caída, mientras la gente que me rodea no hace más que probar mi fuerza para que resbale por esa cuerda y se me quemen las manos. Bien, si tengo que soportar esa presión, solamente por ver una vez más tu sonrisa, lo haré encantada, y con mil obstáculos más. Seguiré subiendo por esa cuerda por muchas dificultades que me encuentre por el camino, pudiendo utilizar en cualquier momento un ascensor, porque en este momento, el corazón le lleva mucha ventaja a la razón, y desde luego no le va a dejar utilizar el camino fácil, aunque el difícil no signifique lo correcto.

29 de octubre de 2011

No.

No puedo, ni quiero, llegar a imaginarme, lo duro que va a ser el día que me tenga que olvidar de ti.

28 de octubre de 2011

He llegado tan lejos,

que ya, lo único que no merece la pena es darse por vencido. Ahora no pienso renunciar a todo lo que me ha costado tan gran esfuerzo.

Sonreír, pero sólo con ganas.

Distintos.

Cuando le preguntas a una persona qué es para ella el amor,  seguramente te responderá el amor que se siente por una persona que conoces, de la que te enamoras, con la que te casas, formas una familia, o demás. Sí, esa opinión sería la mas común en la mayoría de personas, pero también puede haber gente que te hable de otro tipo de amor, de ese que no tiene porqué ser bueno todo el tiempo, pero te puede ayudar más que cualquier otra persona en determinados momentos.
Puedes enamorarte de una persona, o de varias, que no conoces, y seguramente no llegarás a conocer nunca, pero ellas pueden llegar a ser una gran parte de tu vida, te puede hacer ver de una forma diferente algo, o a alguien, te puede hacer feliz, o triste, puede hacer que no recuerdes un día de tu vida sin su ayuda, puede que te traiga recuerdos, recuerdos de uno de los momentos más emocionantes de tu vida, o que también te recuerde lugares, otras personas, u olores. Puede que tu vida no fuera igual sin esas personas.
Cuando te enamoras de una imagen, cuando te formas una ilusión perfecta de esas personas en tu cabeza, es para que cuando alguien a quien sí conozcas y que te haga daño, sigas teniendo esa imagen perfecta, esa ayuda que siempre, pase lo que pase, va a estar ahí, te puede prestar un ánimo que sin ellos ni te podrías llegar a imaginar, simplemente con la idea de que ellos están ahí puede darte un ''algo'' que vive dentro de ti y despierta de vez en cuando. En tu interior sabes que ellos, una parte de ellos, está ahí también por ti, solamente por ti, que aunque sea en una minusculísima parte de su corazón, ahí estás.
Cada ser que tenga sentimientos tiene derecho a querer a quien le dé la gana, y este amor puede ser tan o mucho más grande que un amor entre dos personas que se conocen de toda una vida y que comparten su vida juntos.

Algo más.

Hola, desconocido. No sé si te habrás dado cuenta de que siempre que te giras hacia donde estoy, te estoy mirando. No es casualidad, te miro a todas horas, incluso cuando no estás. Puedes pensar que no, pero voy a hacer todo lo que esté en mi mano para hacer que algo más que nuestras miradas se crucen. Voy a compartir sonrisas, palabras y confidencias contigo. Puedes estar seguro de que no te voy a dejar tranquilo en mucho tiempo.
Hola, conocido. Poco a poco me he ido acercando a ti, ahora es costumbre hablar contigo todos los días, aunque todavía no puedo evitar sonrojarme un poco cuando pronuncias mi nombre entero o que se me acelere el corazón cuando me sonríes. A partir de ahora no sé si quiero o no quiero saber tu verdad o tu mentira sobre las cosas que me dices, la verdad es que solamente quiero estar contigo, porque cinco minutos de tus palabras pueden hacer a mi mente feliz durante veinticuatro horas.
Hola, amigo. Nuestra rutina no ha cambiado mucho últimamente, pero nuestro alrededor ha cambiado, se ha dado cuenta de que no puedo aguantar el querer acariciarte, besarte, estar contigo a todas horas. Ahora, las ganas que anteriormente tenía de verte, se han convertido en una necesidad. Un día sin verte es como un día en el que no me llega el oxígeno, un día en el que las demás personas no existen, sólo existe el hecho de que te echo de menos, sólo existe el pensamiento de todas las horas que voy a tener que pasar sin estar a tu lado. Me he vuelto débil por ti, y sé que la forma en que me trates va a determinar mi estado de ánimo, sé que cualquier cosa que me digas, por pequeña que sea, puede iluminar mi interior con una luz más fuerte que la luz del sol, o tal vez romper mi corazón en dos. Dependo total y exclusivamente de ti, y no hay día que no piense en tu voz. Trato de que mis sentimientos no se muestren en mi exterior, pero no tengo ningún tipo de ayuda, sólo cuento con cada vez menos fuerza de mí misma. Creo en el destino, y creo que éste no quiere que yo te olvide.
Hola, amor. Por desgracia, no puedo decir lo mismo por tu parte, pero cada parte de mis almas son entregadas a ti, te amo hasta morir. No puedo parar de imaginarme cada día de mi vida compartiéndolo contigo, nuestro primer día juntos, nuestro primer beso, nuestro primer amanecer, nuestra primera y última vida juntos. Cada día te ruego de que te des cuenta de esto, de mi necesidad de tu existencia, de que, simplemente, no puedo vivir sin ti. Date cuenta, te quiero.

25 de octubre de 2011

Sí.

Que te quería antes de conocerte. Que puede que hubiera oído tu nombre alguna vez, verte pasar e incluso escuchar tu voz, sabiendo inconscientemente que te iba a querer, que ibas a ser mi mundo, que tendría que estar contigo todos los días de mi vida. Que por muchos días, minutos o segundos que pase contigo o sin ti, no te voy a olvidar, nunca, por el destino, la suerte, la casualidad, no sé. Que nací para quererte, y moriré queriéndote. Que me da igual si me dices la verdad o si me mientes, me da igual que me sonrías o que me ignores, me da igual que te alejes o que me toques, me da igual, te quiero, te quiero más de lo que las palabras pueden decir y más de lo que se puede expresar. Que es igual si seguimos así para siempre, que al final de todo siga igual, te quiero, y quiero gritarlo a los cuatro vientos, al mar, al horizonte, quiero contárselo a cada pez que se esconda en el fondo del mar, a cada ser que camine sobre la tierra, a cada pájaro que vuele libre por el cielo, o a cada persona que me encuentre por la calle. Mi única verdad, mi única razón, mi única ilusión, es esa, que te quiero, no más que a mi vida, porque mi vida eres tú.

20 de octubre de 2011

Optimismo.

Últimamente, a las cosas que me dicen, que me pasan, que cuentan, suelo mirarlas desde un lado mejor. Porque estamos para eso, ¿no? Para buscar la alegría donde en un principio no se ve. Si no lo hiciéramos (al menos, a veces) todo sería un completo caos. Si te centras únicamente en tus problemas, en las cosas que te enfadan, y buscas durante todo el día su solución, te vas a acabar volviendo loco. Busca la parte positiva de tu día, de la gente con la que hablas, los sonidos que escuchas o el sol o las nubes que te cubren, y ya encontrarás solución a tus problemas. Si ya han estado ahí, si se quedan un rato más, no pasa nada, ¿verdad? La gente puede no portarse bien, que yo siempre llegaré a casa con una sonrisa, queriendo aprovechar cada día, y deseando que llegue el siguiente para una nueva sonrisa, una nueva mirada, una nueva aventura... podría pensar que es un día que me he levantado con el pie derecho, que es una tarde bonita, solamente eso. Pero creo, que he aprendido a buscar a todo lo que puedo su mejor parte. No sé ni la razón, ni las consecuencias, y sé que tendré días malos en los que todo esto me parecerán gilipolleces, pero de momento, mientras siga esta racha de ¿optimismo? lo aprovecharé al máximo, y creo que todo el mundo debería hacer lo mismo, al menos un rato.

Empecemos con una sonrisa! :D