Hola, desconocido. No sé si te habrás dado cuenta de que siempre que te giras hacia donde estoy, te estoy mirando. No es casualidad, te miro a todas horas, incluso cuando no estás. Puedes pensar que no, pero voy a hacer todo lo que esté en mi mano para hacer que algo más que nuestras miradas se crucen. Voy a compartir sonrisas, palabras y confidencias contigo. Puedes estar seguro de que no te voy a dejar tranquilo en mucho tiempo.
Hola, conocido. Poco a poco me he ido acercando a ti, ahora es costumbre hablar contigo todos los días, aunque todavía no puedo evitar sonrojarme un poco cuando pronuncias mi nombre entero o que se me acelere el corazón cuando me sonríes. A partir de ahora no sé si quiero o no quiero saber tu verdad o tu mentira sobre las cosas que me dices, la verdad es que solamente quiero estar contigo, porque cinco minutos de tus palabras pueden hacer a mi mente feliz durante veinticuatro horas.
Hola, amigo. Nuestra rutina no ha cambiado mucho últimamente, pero nuestro alrededor ha cambiado, se ha dado cuenta de que no puedo aguantar el querer acariciarte, besarte, estar contigo a todas horas. Ahora, las ganas que anteriormente tenía de verte, se han convertido en una necesidad. Un día sin verte es como un día en el que no me llega el oxígeno, un día en el que las demás personas no existen, sólo existe el hecho de que te echo de menos, sólo existe el pensamiento de todas las horas que voy a tener que pasar sin estar a tu lado. Me he vuelto débil por ti, y sé que la forma en que me trates va a determinar mi estado de ánimo, sé que cualquier cosa que me digas, por pequeña que sea, puede iluminar mi interior con una luz más fuerte que la luz del sol, o tal vez romper mi corazón en dos. Dependo total y exclusivamente de ti, y no hay día que no piense en tu voz. Trato de que mis sentimientos no se muestren en mi exterior, pero no tengo ningún tipo de ayuda, sólo cuento con cada vez menos fuerza de mí misma. Creo en el destino, y creo que éste no quiere que yo te olvide.
Hola, amor. Por desgracia, no puedo decir lo mismo por tu parte, pero cada parte de mis almas son entregadas a ti, te amo hasta morir. No puedo parar de imaginarme cada día de mi vida compartiéndolo contigo, nuestro primer día juntos, nuestro primer beso, nuestro primer amanecer, nuestra primera y última vida juntos. Cada día te ruego de que te des cuenta de esto, de mi necesidad de tu existencia, de que, simplemente, no puedo vivir sin ti. Date cuenta, te quiero.